martes, 21 de abril de 2009

CAPERUCITA... LLORA

Esta canción me gusta muchísimo por varios motivos, primero por el cantante, de la cual soy total y absolutamente fan, segundo por la letra, que me fascinó desde que la oí por primera vez y no deja de hacerlo y tercero... no sé si sabéis que tengo un postgrado en género, tuve que hacer un trabajo de investigación para entregarlo al final y el mío fue sobre "Los roles de género en las canciones populares infantiles". Incluí esta canción y otra de Javier Álvarez que algún otro día colgaré como anexo final, ejemplo de canciones que criticaban la educación que hemos recibido tanto niñas como niños para socializarnos como "Mujeres" y "Hombres" como Dios manda, es decir, como lo que el inconsciente colectivo cree que deberíamos comportarnos. La canción de Ismael Serrano es la que criticaba la educación y lo que se espera de las mujeres, la letra es sobrecogedora, emocionante, esperanzadora... El título no deja de ser revelador, ya que es el título de un cuento que analizado en profundidad guarda un mensaje educativo para las niñas que se os pondrían los vellos como escarpias... supongo que Ismael sabe de esto, simplemente se deduce de ponerle este título y de lo que cuenta. Aquí lo dejo, a ver que os sugiere...



Caperucita sólo tiene dieciséis primaveras sin flores, papá le dice: "Ven. Caperucita eres joven y tienes que aprender a ocuparte de la casa, que serás una mujer. Para que seas buena esposa y no envejezcas sola, en la cama y la cocina has de saber alegrar a tu marido y cuidar a cada hijo, que te atrapa tu destino, que has de ser madre y esposa". Y la pobre Caperucita llora. "Quiero volar, lejos de aquí escapar. Dime, mi bien, quién me llorará si me dan alas y echo a volar. Quiero dormir, no quiero despertar, quiero ser la lluvia al otro lado del cristal, quizás alguien me espere en la oscuridad". Una fría tarde Caperucita iba a casa de su abuela a llevarle comida, cuando se encontró con un lobo feroz. Dime dónde vas niña, que te acompaño yo. La muchacha se supo perdida. Gritaba Caperucita mientras la devoraba el lobo. Bajo la falda del vestido estallaron los dormidos sueños que en la noche la mantenían viva. Pobre Caperucita. "Quiero volar, lejos de aquí escapar. Dime, mi bien, quién me llorará si me dan alas y echo a volar. Quiero dormir, no quiero despertar, quiero ser la lluvia al otro lado del cristal, quizás alguien me espere en la oscuridad". Una gris mañana Caperucita se casó, vestida de blanco, bella como una flor. Su marido, muy elegante, otro lobo feroz, y su padre orgulloso lloraba de emoción. Ahora cada noche el lobo la devora, clava sus dientes, y llora Caperucita mientras espera a que un aullido le diga que el dormido animal despertó. Después descansa tranquilo el malvado lobo feroz. La cara de Caperucita alumbra una sonrisa mientras mece una cuna. En ella está una niña, quizás futura oveja para un lobo feroz, a no ser que afortunada la rescate tu amor. Caperucita la arrulla contra el pecho y un murmullo lento, lleno de esperanza y vida, canta Caperucita. "Quiero volar, lejos de aquí escapar. Dime, mi bien, quién me llorará si me dan alas y echo a volar. Quiero dormir, no quiero despertar, quiero ser la lluvia al otro lado del cristal, quizás alguien me espere en la oscuridad. Quiero volar".

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