jueves, 23 de septiembre de 2010

MACHISMO, HIPOCRESÍA, DOBLE MORAL Y ÉTICA DEL CUIDADO

Caso real: Se llama Ana, tiene 31 años y 4 hermanos mayores, todos varones. Sus hermanos viven fuera de su ciudad, casados, con hijos, con su vida... Su madre es viuda y mayor y de vez en cuando tiene problemillas de salud. Ana siempre va con ella al Hospital, la acompaña, la ayuda, le va por las medicinas, no se separa de su lado. Su pareja, Carlos, ha tenido que renunciar a un ascenso por no irse de Cádiz. Ella no quiere irse lejos de su lado, incluso come casi todos los dias en casa de mamá, la ayuda, y está cerca por si la necesita. Vamos, lo normal... Pero ¿Alguien ve todo esto normal? Yo nunca lo he visto normal, ni esta situación ni muchas parecidas. Y es que en este país tan progre, tan avanzado, tan liberal, donde las feministas sobramos porq ya está todo conseguido, donde el Ministerio de Igualdad también sobra y es el más criticado aún seguimos teniendo el doble rasero de medir, la doble moral, y en el ancho del embudo nosotras nos llevamos la peor parte, la más estrecha. Yo, como mujer, he de soportar que a mi abuela se le llene la boca diciendo que mi novio es bueníiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo (que lo es, pero no por esto) simplemente porq a veces me pone la cena por delante, porq pone la lavadora y plancha y otra cosas. Vamos, que tengo que agradecerle a la vida yo, una mujer que sabe llevar una casa adelante sola sin ayuda de nadie, que él haya llegado a mi vida para traerme la cena hecha de vez en cuando. Me parece frustrante a la par que injusto. Lo peor es que no es ella la única que ve las cosas así, la sociedad en general, tan progre ella y tan igualitaria de boquilla es igual. Si en una casa viven dos personas que comparten su vida no creo que haya que vitorear a ninguno porque haga las cosas de la casa ¿O acaso él no vive ahí? Quizás si fuera él el dueño y yo la chacha, en ese caso si entiendo que haya que tocarle las palmas, pero resulta que somos dos personas adultas compartiendo su vida en igualdad de condiciones.
Desde pequeña nunca entendí que a mi hermano por hacer la cama y ordenar su cuarto las vecinas y familiares lo jalearan y cuando yo decía que hacía lo mismo nadie me hiciera caso. Cuando una es pequeña y aún no tiene metidas en la cabeza las normas sociales, los roles de género, la doble moral y todos prejuicios y tonterías del mundo este tipo de actitudes le chocan y mucho. Hay gente que acaba interiorizando este tipo de cosas y llega un momento que las ve normales pero a mí esto me pareció tan anormal, tan injusto que por eso nunca en la vida las he tolerado. Las desigualdades no van conmigo. Tampoco entendí nunca cuando era más joven y mi tata estaba en el hospital enferma que la mayoría de los turnos en el hospital los hiciéramos las mujeres y me dijeran es que el Hospital no está hecho para los hombres. Ellos no sirven para esto y lo pasan muy mal. Vamos a ver... mi tata se estaba muriendo, yo tenía 19 años y la veía día a día sufrir ¿A mí no me dolía? Yo tenía que meterme en el baño de la habitación a llorar y secarme las lágrimas antes de salir para que ni ella ni nadie me viera. Por favor ¿Es que alguna persona sirve para ver tanto dolor? Qué manera de justificar lo injustificable. Ahora, una cosa sí, el día que a un hombre se le ocurre pasarse por el hospital y comerse todo el dolor de una persona querida se oyen estos comentarios: qué bueno es, qué bien se ha portado (comentarios verídicos oídos por ejemplo cuando Rocío Jurado se moría en el hospital y su marido, no se separaba de su lado). Pero vamos a ver, qué bueno ni que portarse bien ni na, es su responsabilidad ¿O acaso no se han casado para compartir lo bueno y lo malo?
Dice la escritora Carol Gilligan que parece que hay dos tipos de razonamiento moral entre hombres y mujeres como consecuencia de las construcciones de género, ya que a los hombres se les exige individualidad e independencia y a las mujeres se les impone el cuidado de los demás y rara vez son vistas como individuas solas. Frente a esto, la ética del cuidado, seguida por las mujeres, consiste en juzgar teniendo en cuenta las circunstancias personales de cada caso. Está basada en la responsabilidad por los demás, ni siquiera se concibe la omisión. No actuar cuando alguien lo necesita se considera una falta. El concepto central de la ética del cuidado es la responsabilidad. Puesto que la sociedad no es un conjunto de individuos solos, los seres humanos formamos parte de una red de relaciones, dependemos unos de otros. Si se aplica la responsabilidad, ha de existir entre hombres y mujeres y en todos los ámbitos: familia, amistad, amor, política y relaciones sociales. El feminismo defiende la ética del cuidado pero no sólo para mujeres, la ética del cuidado debe ser universal.
Tal y como yo lo veo esta ética está basada en un principio claro, parte de la base de que una persona realmente se siente responsable o se debería sentir responsable de lo que ama. Si una persona, hombre o mujer, ama a otra, ya sea pareja, familia o amistad debería acudir en su ayuda. Y punto.

4 comentarios:

  1. Chica, qué razón tienes...
    Mi marido hace paella el día de su cumple para las familias, y me tengo que oir todo el año que "qué suerte tienes, qué buen cocinero es!!", y para eso yo he sido la pinche que le he preparado todo y he limpiado el desastre que deja, y encima los 364 restantes días del año, que??? ah, que no comemos...


    Pero la culpa no es de ellos, en mi caso de mi suegra y mi madre, que bastante delito tienen...

    Y la paciencia que tenemos nosotras... para qué hablar...

    Besicos!!

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  2. Me pasaba lo mismo que a la chica de las flores. Cuando me casé todo el mundo me decía que era afortunada por haber conseguido a ese hombre... y yo contestaba que el afortunado era él por estar conmigo. Veaaaaas.

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  3. Me gustó mucho tu entrada, es muy cierto todo lo que dices y la forma en que lo desarrollas lo hace fácilmente leible. Se lo voy a recomendar a más de unx.

    Abrazos!

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