viernes, 20 de noviembre de 2009

EL GOBIERNO MEJICANO, CONDENADO POR FEMINICIDIO EN CIUDAD JUAREZ



El Gobierno mexicano es responsable de las muertes de ocho mujeres en Ciudad Juárez, las víctimas del caso conocido como del Campo Algodonero.
La Corte Interamericana ha dictado sentencia a favor de las víctimas, según ha anunciado Emilio Ginés, el abogado de las familias de las ocho mujeres asesinadas en noviembre de 2001.
La decisión judicial, sobre la que no cabe recurso, acepta la petición de los letrados, que culpan al Estado mexicano de 'feminicidio'. La reclamación presentada ante la Corte Interamericana, con sede en Chile, responsabilizaba al Estado por "la falta de una investigación adecuada".
Primera sentencia condenatoria
Desde 1993, han muerto 480 mujeres en esta ciudad fronteriza mexicana y jamás ha habido una sentencia condenatoria. Esta es la primera.
El juicio se celebró el 27 de abril en Santiago de Chile, donde tiene la sede la Corte Iberamericana de Derechos Humanos. El abogado español Emilio Ginés se encargó del caso, junto con la abogada mexicana Karla Micheel Salas.
Días antes del juicio, la letrada explicaba los motivos por los que habían decidio acusar al Estado mexicano por el asesinato de las ocho mujeres del Campo Algodonero. «Falta de prevención y de atención a lo que viene sucediendo desde hace demasiado tiempo». El tribunal les ha dado la razón.
En Ciudad Juárez, en cuyas maquilas trabajan cientos de mujeres llegadas de todo el país, la delincuencia campa a sus anchas. Amparados en el narcotráfico, los delincuentes abusan de todo aquello que les apetece. Como las mujeres, a las que secuestran, torturan y violan con total impunidad.
«La desprotección llega a todas las estructuras sociales», denunciaba Ginés pocos días ante partir hacia Chile para asistir al juicio. Y añadía que esa falta de implicación de las autoridades dan impunidad al crimen. Desde hace casi una década. Porque el Gobierno mexicano ha sido incapaz de encontrar a un solo culpable. Y ahora es el que debe dar explicaciones.

martes, 17 de noviembre de 2009

MI QUERIDA HIPATIA DE ALEJANDRÍA

... El mundo cambió para siempre... Con estas palabras leí el cartel de la nueva película de Alejandro Amenábar. Vaaaya, esto promete, una película histórica con una mujer como protagonista y este lema, vaya si promete. El problema es que yo ya conocía a Hipatia de Alejandría, he estudiado Historia y soy una ávida lectora de biografías de mujeres y de libros históricos (que no de recreaciones históricas). Digo problema porque cuando un director promete tanto sabiendo de antemano que es mentira debe pensar que no toda persona que va al cine forma parte de la masa aborregada que va a ver una película para que le cuenten la Historia que nunca se atrevió a saber por sí solo/a. Y es que en este país, y perdónemen la licencia, tenemos un grave problema de borreguismo e ignorancia y de eso se aprovechan los unos, las otras, los vendedores de humo, los panfletistas, los/as demagogos/as ad nauseam. Por una parte está la película, que no soy crítica de cine pero creo que he pagado una entrada de cine para ofenderme como la que más si observo un panfleto politico- religioso de 2 horas cuando pagué para ver una película, si observo anacronismos de desprendimiento de retina como una loba capitolina con Rómulo y Remo cuando estas dos figuras fueron añadidas por Pollaiolo durante el Renacimiento, o que Hipatia muere con 30 y pico años y antes de Sinesio de Cirene, el cual realmente murió dos años antes que su maestra con sesentaytantos y que jamás la traicionó, puesto que gracias a sus cartas hemos podido conocer muchas de las obras de Hipatia y de los conocimientos que transmitió a sus alumnos. Por no decir que el panfleto (que no la película) se tira dos horas tocando varios palos para no centrarse en ninguno o que los personajes no tienen hondura ni alma ninguna, no les coges cariño, ni siquiera la muerte de Hipatia transmite nada.
No soy católica, ya lo he repetido varias veces, pero me vuelve a indignar profundamente que quieran manipularme con un panfleto disfrazado de película pagado con el dinero del estado que casualmente es socialista y anticatólico y más con la que está cayendo. Que la ex directora de la Academia del Cine es ahora la nueva ministra de cultura tampoco nos pasa inadvertido porque es ella la encargada de repartir subvenciones al cine español, orquestada por los intereses de su partido, empeñado una y otra vez en que odiemos a muerte a los cristianos o católicos. Me hace gracia que un partido que boga por la recuperación de la memoria histórica para poder superar ese período tan negro de la Historia, conocer qué pasó para no caer en los mismos errores y así cerrar viejas heridas ponga tanto empeño en reescribir la historia porque eso es lo que hacen con esta película, reescribir la historia según lo que atañe a sus intereses.

Hipatia se estará removiendo en su tumba a ver cómo la utilizan a ella para crear crispación social ya que ella siempre quiso la unión entre personas independientemente de su religión, tuvo entre sus alumnos a cristianos y no cristianos y realmente no se la puede tachar de pagana ya que no cultivó ningún tipo de religión ni adoró a los dioses. Ella vivió por y para la ciencia. De hecho fue muy respetada en todos los círculos sociales, políticos y religiosos de Alejandría y su muerte bien se debió a un tema político más que religioso, ya que ella era amiga y consejera del prefecto romano que tenía un desencuentro con el Obispo Cirilo debido a las injerencias de este en temas políticos. Alejandría estaba dividida entre los seguidores de uno y los seguidores de otro e Hipatia al ser la más estrecha consejera del prefecto pudo ser la que pagó el pato. A Amenabar se le olvida en su película mostrar que aparte de Hipatia murieron dos obispos fruto del enfrentamiento y del pulso de poder que mostraron uno y otro.

Si alguien prefiere creer a un director amigo de declarados anticatólicos (Se te ve el plumero Alejandro) que a una persona con una carrera de Filosofía y Letras, Feminista y ávida lectora es porque hay algún tipo de interés. Se puede tener razones para no ser católico, hay miles, y todas respetables pero intentar reescribir la historia a favor de intereses políticos o personales me parece una falta de respeto y un insulto a mi inteligencia. Te compadezco querida Hipatia, sé que tú jamás hubieras querido esto.

domingo, 8 de noviembre de 2009

PARTOS SIN MADRES

En España y medio mundo los partos no tienen madre. Las mujeres que van a dar a luz desaparecen en cuanto atraviesan la puerta del Hospital . No son personas, son enfermas , y sus opiniones no cuentan. El parto está organizado en los hospitales al servicio de los ginecólogos, del resto de profesionales de la medicina que intervienen y del sistema de salud. Se trata de que los partos sean rápidos, seguros y cómodos... para los facultativos claro, no para las madres: cesáreas sin motivo, administración de hormonas para acelerar las contracciones, cortes vaginales y la peor posición para dar a luz, tumbadas. Si para las mujeres todo esto es más difícil, doloroso, violento y humillante- nunca se cuenta con su opinión- da igual.
Hace ¡veinte años! que la Organización Mundial de la Salud (OMS) daba las primeras recomendaciones en este sentido. En 1985 en el estudio "Tener un hijo en Europa" se afirmaba que: "no más de un 10% de los procedimientos rutinarios utilizados en la asistencia al nacimiento en los servicios oficiales ha pasado un examen científico adecuado". las líneas de actuación que marcaba ya en ese año la OMS eran en realidad un listado de sentido común, casi un manual de parto natural. La OMS subrayaba que, en los hospitales, todos sus medios fuesen utilizados sólo en el caso de que existiera alguna dificultad o complicación. Las recomendaciones echaban por tierra mitos como que la postura natural de parto es la horizontal, que la cesárea es la forma más segura de dar a luz o que la episiotomía (corte vaginal) previene desgarros- cuando en realidad es, junto con la postura horizontal, la principal causa de desgarro grave y además es traumática y deja secuelas como peor cicatrización o molestias y dolores durante el coito. Pero el sentido común no ha entrado en el servicio de salud en cuanto a los partos se refiere. Así, se continua dando a luz en un paritorio y no en una habitación confortable. Las mujeres soportan rasurado, enemas y rotura de bolsa sin razón aparente.Tampoco se sabe porqué aguantan la dilatación, que puede durar horas, tumbadas e inmovilizadas en vez de poder pasear, estar acompañadas por quien quieran y emplear métodos agradables para soportar el dolor como darse un baño o un masaje... No se entiende porqué las mujeres no pueden elegir la postura más cómoda para dar a luz: taburete obstétrico, en cuclillas, de lado, en la bañera, de rodillas apoyada en la cama... teniendo la fuerza de la gravedad como aliada. Tampoco, salvo por el motivo de acelerar los partos, se explica que se suministre oxitocina sintética sin consultar a la parturienta cuando esta sustancia provoca contracciones más intensas, seguidas y dolorosas y es causa frecuente de sufrimiento fetal y maternal. Cuando las mujeres no tiene estrés producen oxitocina naturalmente, pero para eso necesitarían estar en un ambiente tranquilo, agradable, íntimo y... no tener prisa. El parto tiene un ritmo lento, pero hasta esto, tan básico, ha sido olvidado por la medicina, la ginecología y el sistema de atención sanitaria. Las mujeres, en España, están monitorizadas permanentemente, práctica que eleva la tasa de cesáreas, obliga a la inmovilización y postura horizontal y no proporciona mejores resultados de salud. Se supone también que no debería haber nada que impidiera a las mujeres gritar y recibir al bebé en cuanto naciera, ser las primeras en abrazarlo, pero ni siquiera esto ocurre en los hospitales españoles. El desfase del sistema español de atención al parto ha sido motivo de repetidas advertencias por parte de la OMS. El doctor Marsden Wagner, hasta hace pocos años representante de este organismo en materia de salud maternoinfantil, afirmaba en el Congreso de Jerez de 2000: "En España se practican 36.000 cesáreas innecesarias cada año, que hacen correr serios riesgos a todas esas mujeres y sus bebés. El 40% de las mujeres en España no paren a sus hijos sino que les son extraídos por medios e instrumentos quirúrgicos. Resulta ridículo pensar que el 40% de las mujeres de España son incapaces de parir". Acerca del corte para abrir la vagina durante el parto Wagner opina: "No es necesario en más del 20% de los casos y la ciencia ha constatado que €causa dolor, aumenta el sangrado y causa más disfunciones sexuales. Por todas esas razones, realizar demasiadas episiotomías ha sido correctamente etiquetado como una forma de mutilación genital en la mujer. El índice de episiotomías del 89% en España constituye un escándalo y una tragedia".

(Nuria Varela)