martes, 16 de febrero de 2010

YO TAMBIÉN TUVE UN ARTURO EN MI VIDA

Nos conocimos en una fiesta universitaria, jugamos al gato y al ratón un rato. Yo tenía 21 años y no me apetecía tener ninguna relación ni tampoco nada con nadie. Era feliz, entraba y salía con mis amigas sin dar explicaciones, no me perdía una fiesta, éramos populares en la facultad por escandalosas, por fiesteras, eso sí, cuando llegaba el momento de estudiar yo era la primera.


Había un par de chicos con los que tonteaba, uno de ellos conocido en Cádiz por guapo, se encontró con la horma de su zapato, nos conocimos en la Facultad y yo no le hacía caso, en todas las fiestas lo intentaba conmigo, en aquella concretamente me dijo: de esta no te escapas y yo me reía.

A lo que voy, en esa fiesta conocí a mi Arturito particular. Me lo presentaron y no le hice mucho caso, a los 5 minutos ya le estaba diciendo a mi amiga que yo le gustaba y mientras yo estaba tomándome unos cubatas con aquel chico que me decía de esta fiesta no te vas a escapar. Vino mil veces con mi amiga hasta que consiguieron que me fuera con ellos dentro de un bar. Se pasó la fiesta a mi lado, nos reimos, bailamos y al final consiguió que nos diéramos un beso... o varios. El resto de días y semanas transcurrieron entre mi resistencia original a mantener una relación con alguien y su insistencia (os preguntaréis como me encontraba siempre, pues fácil, mi amiga estaba con su amigo, estaba fichada)

No puedo negar que me atraía pero por mí aquello nunca hubiera ido a más, yo salía de clases rodeada de amigas y me lo encontraba allí esperándome, me traía una rosa, me invitaba a un café "sólo para hablar". Mis amigas me decían: Dale una oportunidad, yo me ablandé ¿Quién no se va a ablandar?

A los dos meses de estar juntos sin saber qué éramos pero de ir todos los viernes al cine, de que me hubiera puesto un regalo por reyes y de que nos llamáramos casi a diario yo ya estaba totalmente rendida.

Su actitud fue cambiando gradualmente... a partir de que yo me enamorara de él, cosa la cual jamás entenderé ¿No era eso lo que quería? ¿Qué coño quería realmente? Yo nunca quise empezar nada, siempre he sido muy difícil de conquistar pero cuando me enamoro lo hago hasta sus últimas consecuencias. De repente un día me dice que no sabe lo que siente y que necesita más espacio (Hay que joderse, si todos los sábados salía con sus amigos, eso sí, para acompañarme luego a casa y darme sus besitos correspondientes no necesitaba tanto espacio)

Comenzó una espiral de amor- odio que empezaba y acababa cuando él decidía, cuando él decidía que se había agobiado desaparecía varios días, yo iba a su casa y no estaba, lo llamaba y no estaba, no aparecía por la facultad, eso sí... a los dos días aparecía tan normal con su sonrisa de oreja a oreja a quererme más que nunca y como si no hubiera pasado nada, cuando me veía con la cara de Poker me llamaba histérica y controladora. Me hartaba de llorar, decidía que ya estaba bien de tanta tontería pero al día siguiente él aparecía de lo más encantador y me ponía lo negro blanco, eso sí, cuando yo pedía alguna explicación siempre acabábamos a grito pelado y yo acababa siendo tildada de histérica, de controladora, de celosa, de posesiva...

Un día me lo encontré por la calle con una chica, venían de estudiar en la biblioteca. Me la presentó tan normal como el que no pasa nada y al día siguiente me dice que vamos a ir al cine con todos sus amigos, no había móviles por lo cual me pasé la tarde entera llamándolo a su casa y nunca estaba, le dejé varios mensajes y la última vez que lo llamo me dice su hermano que se ha ido al cine. No entendí nada y fui a la salida del cine a esperarlos. Llegué y vi su moto, me quedé al lado y cual fue mi sorpresa cuando llega con ella. Tuvimos una bronca monumental y ella ni se movió de allí, yo decidí que ya estaba bien de tanta humillación y cogí el caminito a casa mientras él salía detrás mía a esperarme. Otra bronca en la cual no me bajé del burro y en la que él me llamó otra vez celosa, posesiva e histérica, me dijo que yo no era nadie para pedirle explicaciones. Juro por Dios que me aguanté pero claro que te dan ganas de atizarle con lo primero que tengas a mano. Nos gritamos y nos dijimos de todo, lo mandé a la mierda y acabé con la tortura de una vez. Ella, que no era de Cádiz se fue al día siguiente a su ciudad.

Las semanas posteriores se dedicó a ir de víctima, a decir que no iba a presentarse a los exámenes de septiembre porque no tenía ganas, sus amigas me llamaban diciéndome que salía y se hartaba de beber, se encontraba a mis amigas y ellas venían contándome historias de que el pobre estaba fatal. La mala, por supuesto YO.

El verano siguiente me lo crucé en la facultad de la mano de ella, ella había vuelto ese verano y estaban juntos. Pero había sido yo la celosa y la que se inventaba las cosas. Al final el tiempo pone todo en su sitio. Que quede claro que quien me conoce sabe que yo soy una mujer de carácter, que tengo mucho orgullo y mucha dignidad, que a mí no me pisotea nadie, pero yo tuve un Arturo en mi vida y a mi Arturo le encantaba hacer regalos y quedar delante de sus amigos como el novio perfecto.